A modo de introducción, me gustaría escribir un poco acerca de la importancia del oficio del historiador y por consecuencia de la disciplina de la Historia.
La disciplina de la Historia es un lugar que para muchos se convierte en un pequeño búnker, su estudio y lugares son un tanto mágicos. Y aunque siempre queremos tratar de catalogarla dentro de alguna categoría, es un tanto complicado adentrarnos en sus definiciones.
Primero, creo que es importante hablar sobre la categoría de tiempo, ya que es un concepto que utilizamos diariamente. Pero pensemos ¿qué miden verdaderamente los relojes cuando hablamos de tiempo?
Al hablar de este significado, creo que es preciso recordar a qué situaciones en nuestro andar cotidiano en la realidad, autonombramos “tiempo”. Ya sea que dividamos al día por períodos relacionados con el tiempo alimenticio (desayuno, comida y cena); cuando comenzamos a hablar sobre proyecciones a futuro, a.k.a. pensar en estudiar la maestría o el doctorado dentro de uno o dos años o hablar sobre recuerdos en el pasado que evocan sensaciones.
El tiempo no sólo es decir la hora, el día, el mes, o el momento en el día en el que debemos de tomar un medicamento, es una categoría que los seres humanos tomamos como verdadera absolutamente, y que permite ubicarnos para dar certeza de nuestra vida. Y es en esto que creo que hemos perdido noción sobre lo qué es la Historia, no sólo es una disciplina “científica” que tiene como motivo principal coleccionar el acontecer en el pasado o medir el tiempo, es una herramienta para los seres humanos que permite comprender cosas que lo definen, haciendo a un lado la idea de la “historia maestra de vida”, es una herramienta que nos permite unificar cuestiones generales con motivos personales. Dar sentido a individuos.
Espero que este espacio, pueda ayudar a dar sentido a aquellos que aún no comprenden porqué estudiamos la Historia. Y que los llene de autoconocimiento, de ese que llena los corazones y los pulmones de calor. En dónde se puede encontrar en la mirada de alguien en una fotografía, una complicidad que hace que uno se sienta bien. Que ese polvo que ha llenado las cajas de fotografías, valga la pena para admirar un vestido, para apreciar la sonrisa de cualquiera y tratar de imaginar el sabor de una naranja en otro siglo.
Este espacio es para seres felices, seres que sueñan, seres que sienten que lo que ya pasó está perdido y aún así están aquí, tratando de recuperar ínfimas sensaciones mediante palabras, música e imágenes. Espero de corazón, disfruten este lugar tanto como yo amo mi vocación y los placeres que conlleva.